Prólogo

[Aries Rieles]

"¿Estás seguro Alexander?" - dijo el enano, sujetando su empuñadura ansiosamente.
"Totalmente" - le respondió el joven humano, y envuelto en su túnica color tierra dio un paso adelante antes de desaparecer con un susurro. Banakafalata esperó un momento antes de que la sombra que es su compañero parpadeo sobre una hojas, y antes que pudiera reaccionar el orco de guardia cayo inconciente por un solido golpe a la garganta. Dándose media vuelta el segundo orco fué recibido por una flecha en la garganta y Corba, el halfling, le hace una señal para que el resto de su grupo avancen.
Saliendo de entre los arbustos se reencuentran con el joven monje, que los observa con una mirada calma de pie al lado de su víctima inconsciente. Banakafalata el enano, con un hacha de guerra en el cinto, Kor el Gnomo, portando una armadura en la que no deja ninguna duda a su patrona, Iomedae, la dama de la Batalla, y Corba el Explorador, un halfling de pocas palabaras y un arco certero.
"¿Continuemos?" -pregunto Alexander, el monje- y luego que los otros tres asintieran en silencio continuaron su marcha colina arriba, no sin que Banakafalata le diera un final rapido al orco inhabilitado con el filo de su arma.

[Aries Rieles]

Luego de una breve caminata colina arriba el curioso grupo llegó a un puesto de avanzada enano, ahora descuidado y con un bosquecillo frondoso alrededor de las piedras expertamente talladas, las criaturas que se han instalado parecen cómodas, y despreocupadamente el par guardando la entrada estaba jugando a los dados, asi que no notaron a los aventureros que pasaron con cuidado a unas docenas de metros.
"Me imagino que habra otra entrada, todos los puestos donde he estado tienen entradas alternativas" -dijo Banakafalata-
Kor le respondió, "es cierto, pero habria que encontrarla y no tenemos un mapa"
asintiendo con la cabeza, Corba se puso en marcha tras una señal a sus compañeros para que esperen, y treinta minutos despues volvió con buenas noticias. "hay una salida, vi la manilla de piedra, no esta escondida".
"excelente, vamos entonces" -dice Alexander
Banakafalata conocía el mecanismo, y al abrir Alexander entró rápidamente antes que alguien pudiera objetar, Kor dijo "Quizá deberiamos haber averiguado si habia alguien dentro".
Alexander se asomó por la portilla un momento despues llevando un Goblin al hombro con el cuello quebrado y al arrojarlo afuera dijo seriamente: "irrelevante es el enemigo ...*pausa*... no listo"
"¿Desprevenido?" le preguntó Kor, "Si, eso" repondió Alexander.
luego de unas miradas confundidas, Banakafalata y Corba se encogieron de hombros y entraron detrás de sus compañeros al edificio.

[Aries Rieles]

La pieza es definitivamente un corredor de servicio: tiene una rampa para entrar barriles, el amoblado se reduce a un par de armarios con víveres, la mesa donde el quebrado Goblin comio su última cena, y los restos de la misma. La única puerta estaba abierta, asi que la compañía continuó su camino. En el medio del pasillo había un pasillo lateral, pero el olor nefasto saliendo del mismo disuadió al grupo de ir, el pasillo se dividía en dos, y el grupo decidió doblar a la derecha. El pasillo da una nueva vuelta unos 15 metros mas adelante, y echando un vistazo rápido por la esquina, Corba levanta 2 dedos con su mano libre.
"Aparentemente solo hay 2" Dice Kor
Corba responde "Dos visibles, veo unos pilares a la derecha y un pasillo a la izquierda, pero tambien hay unos huesos en el piso, y parece que estan ocupando los cascos de los enanos como copas"
Enfurecido, Banakafalata saltó de su escondite contra los sorprendidos goblins que anonadados no alcanzan a entender de donde salio el enano que carga pasillo abajo hacia ellos mientra toman desayuno, y ninguno delos dos alcanza a racionalizar sus circunstancias antes de que sus tripas adornen el piso de piedra con un encantador tono carmesí. Kor, Corba y Alexander miran como el filo del hacha de Banakafalata pasa por los goblins como si fueran de manteca, y Kor le murmuró al resto; "bueno, supongo que eso sirve como plan", Corba le dijo "ahi viene un Orco"
-"y varios goblins mas" comentó alexander
-"parece que estaban escondidos en el pasillo"
-"se ve en problemas"
-"nah, Banakafalata puede manejarlo"
-"no suena como si lo estuviera manejándolo"
-"pero si está perfecto"
-"creo que le puedo verle un riñón" dijo Corba
-"Ok, quizá no está bien" menciona Alexander
-"POR LA ESPADA DE LA HEREDERA, PEREZCAN CRIATURAS INFAMES" bramó Kor.
Tras una rápida carga, los tres despacharon a los atacantes de Banakafalata, quien quedó tirado en el piso murmurando improperios, un momento despues Kor trataba de parchar su abdomen, pues de alguna forma un cuchilllo largo de uno de los goblins habia encontrado una forma de quedar atascado entre las placas de su armadura, y le dejo una rajadura de casi 15 centímetros y mientras Kor canalizaba la bendición de Iomedae sobre el pobre, soltando un sermon ante la mirada divertida de sus compañeros, "En serio, hemos hablado de esto, no puedes saltar contra lo que sea que tengas al frente, al menos evalúa antes la situación", Banakafalata sólo maldijo en voz baja a ese goblin suertudo.

[Aries Rieles]

"¡Pero sólo era una misión de reconocimiento!", Ghurma estaba anonadado, sólo necesitaba que reportaran las posiciones que los orcos habian tomado en las montañas, y el grupo que habia mandado los habia despachado a todos. Por un momento estaba molesto, pues alguno escapó ahora podría estar seguro que los ataques se intesificarían. Por otro lado envió a un enano, un Cruzado, y un monje que seriamente le daba mala espina (el cazador se veía OK) a lidiar con este roblema, asi que asumió su propia responsabilidad en el asunto...
Suspirando, le dijo al grupo "Está bien, lo prometido es deuda, pueden quedarse con todo lo que encontraron, pero tendran que ayudarnos a limpiar el perímetro, no sabemos cuantos mas de estos hay"
Entregandole un papel Kor menciona, "oh, interrogamos a uno antes de irnos, hay dos puestos mas veinte millas al sur y 18 al suroeste, río abajo, un patrulla debería ser suficiente"
"¿y la criatura?"
"Donde merece estar"
"¿La mataron?"
"Como mi dama ordena, el Mal no puede tener una oportunidad"
Ghurma mira incrédulo al grupo, son capaces, sí, pero nunca habia visto un grupo tan impulsivo en su actuar.
"la Inconciencia es el único pecado, y si fueras conciente lo sabrias" dijo Alexander.
el resto del grupo lo mira confundido, y Alexander sólo tiene una expresion de serenidad y satisfaccion en el rostro.
"sólo...ah... está bien" derrotado, Ghurma puso la frente entre sus manos, se limitó a ver al grupo salir de su carpa, mientras comentaban sobre la hermosa espada nueva del enano.

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